Hemos tardado en actualizar, entre otras cosas porque no sabía muy bien por donde empezar esto y por diversos compromisos que no me han dejado tiempo libre.
A lo que iba, últimamente tampoco he podido ver a Wind tanto como me gustaría. Entre que no vivimos en la misma ciudad y problemillas varios...
Hemos tardado en actualizar, entre otras cosas porque no sabía muy bien por donde empezar esto y por diversos compromisos que no me han dejado tiempo libre.
A lo que iba, últimamente tampoco he podido ver a Wind tanto como me gustaría. Entre que no vivimos en la misma ciudad y problemillas varios...Quedamos el otro día, estaba muy guapo como siempre. Cada vez que le veo parecen desaparecer mis problemas. Nos fuimos a dar una vuelta paseando y despues ya de noche cogimos el coche y nos fuimos a nuestro escondite favorito. Estaba un poco baja de moral y me sentó bien la charla por un monte oscuro, alejados del mundanal ruido, en el fin del mundo. Una vez dentro del coche seguimos charlando y comenzó el juego. Pero antes de empezar a contar nuestras experiencias BDSM creo que debería explicar algo importante.
Nuestra historia comienza hace unos nueve meses. Conocí a Wind de casualidad por una amiga, y desde la primera mirada surgió algo mútuo. El me pareció tremendamente atractivo y misterioso, vistiendo de negro incluso en pleno verano, y hablando de gagballs, látigos, fustas, pinzas y esposas con la mayor naturalidad del mundo. Era Amo. Yo era la persona mas cerrada y alejada de este tipo de temas, el BDSM para mí era algo de "degenerados". Respetaba a los que lo practicaban, pero a mí no me interesaba lo mas mínimo y sólo pensar en que intentaran someterme me ponía enferma. Lo único que me gustaba de ese tema era el look, es decir el vinilo, el cuero, esas botas, vamos el fetichismo. Nada de ponerme de rodillas, obedecer "ordenes" o dejarme amoradazar, no hablemos ya de que se le ocurriera llamarme "zorra" porque de la patada que podía meterle por la boca a quién se atreviera no le quedarían ganas. Nunca he llevado bien los insultos. No me los puedo tomar de coña. Asi que yo de sumisa, nada de nada. Pero este chico me gustaba mucho, demasiado. No suelo enamorarme con facilidad, y sobre todo en este caso, luché contra mis sentimientos porque veía que lo nuestro eran mundos opuestos. Mis intereses se inclinan mas por los dibujos animados de toda la vida, lo mas fuerte que veo son "Los Simpsons" y el sexo era lo último en mi liston de preferencias, nunca he sido una chica sexualmente activa. Digamos que venía muy rebotada de mi primera relación, que fué mas bien una violación y que me hizo cerrarme aún mas. Wind y yo hablamos mucho de todo esto, y curiosamente en lugar de alejarnos, nos acercamos cada véz mas. Debe ser por eso de que los opuestos se atraen. El aprendió a esperar y yo a abrir mi mente. Le costó mucho, puse a prueba su paciencia, estaba muy acostumbrado a conseguir a todas las chicas a la primera de cambio, y yo no me dejaba ni besar. Era arisca como una gata. Y no me fiaba de sus intenciones. Me gustaba, me atraía, pero mi amor propio estaba por encima de todo. Ya me habían hecho mucho daño una vez, aprendí a protegerme a capa y espada.
Pero Cupido estaba jugando con nosotros y a base de mucho hablar, de mucho cariño y sobre todo una paciencia enorme por su parte, una cosa lleva a la otra y acabamos liándonos en el coche un buen día. Desde el primer encuentro sexual descubrimos un nivel de acoplamiento brutal y una gran sensibilidad a flor de piel , algo que era nuevo para mí y creo que para él. Electrizante. Y poco a poco, jugando como quién no quiere la cosa, un día me dejé poner unas pinzas, y ví que no sólo no dolía sino que excitaba, otro día un antifaz ciego y descubrí que te hace aguzar tus otros sentidos y que la incertidumbre tambien excita; otro día se añadieron al juego las muñequeras de cuero...el collar, las cadenas...Empecé a entender que el BDSM es un juego consentido entre ambos, dejando claro previamente los límites de cada uno, jugando con esos límites, la entrega y la confianza totales. No es lo que la gente se cree, no se trata de pegarle a uno hasta que sangre, no se trata de tratarle como si fuera un objeto, se trata de juguetear y alternar el dolor con una caricia, con un beso, con el "ahora te provoco dolor y ahora te doy placer". Es difícil de explicar, hay que experimentarlo y punto. Ya digo que yo era una persona muy cerrada a probarlo, pero por otra parte como nunca me ha gustado cerrarme en banda sin al menos probar las cosas, me dejé hacer y el resultado es que he descubierto que con amor y respeto, el BDSM es una manera fantástica de disfrutar el sexo. Hay quienes no estarán de acuerdo con esta definición y pensaran que para ellos lo mejor es tener una sumisa a la cual tratar como a un trapo, insultarla, mazarla a palos como a un pulpo y humillarla todo lo posible. Eso sería un Amo de manual. Sinceramente allá cada uno con su vida, si el sumiso/a consiente ser tratado así y le gusta...allá ellos. En nuestro caso entendemos el BDSM de un modo muy diferente. Ante todo nos respetamos y la confianza y la entrega son totales.
Por hoy es suficiente, otro día os contaremos mas detalles, si es que a alguien le interesa.
Níobe.
siempre habia querido leer de alguien que haya tenido expericiencias de ese tipo. Me aprece raro que hayas terminado sediendo. Al parecer valio la pena. Y al final no es como lo pintan no? cuenta mas!!!
Escrito por shorty a las 25 de Mayo 2004 a las 12:48 AMGracias por tu comentario :) seguiremos posteando si níobe se decide a ser más constante :P Saludos!
Escrito por Wind a las 25 de Mayo 2004 a las 06:33 PM