Hace muchísimo que no actualizamos. Y no creo que vaya a actualizar más, este será el último post, a menos que sea él quien escriba. A mi no me queda nada por decir.
Carece de sentido continuar con este blog, porque Wind y yo hace meses que hemos roto. Y paso de vivir del pasado, asi que no contaré nada más de BDSM. Sí me apetece despedirme, si es que alguien lo suficientemente cotilla entra y ve esto, que sepa más o menos cómo se acabó. Aunque a nadie le interese, me gusta dejar las cosas bien terminadas.
Si habeis leído los comentarios anteriores, os daríais cuenta de que es sospechoso que Wind estuviera esquivo. Ya no nos veíamos como al principio, y cuando me dijo lo que irse un finde él sólo, enseguida sospeché que o había otra o desde luego yo ya no le estaba interesando. No me equivoqué.
El último día que nos vimos, le noté extraño. Estaba nervioso y ausente. Parecía que no tenía prisa, ni el más mínimo interes en quedarse conmigo a solas y buscar un lugar oscuro como siempre. Fuimos a tomar algo y a las once de la noche cuál es mi sorpresa que le pregunto a donde vamos y me dice "No sé, tira a la playa y paseamos, ya es tarde para nada más". Os aseguro que me dió un vuelco al corazón y estaba segura de que ese día iba a decirme que quería cortar. Habíamos estado bien toda la tarde, no había motivos, ni discusiones...aun así me temí lo peor. Llegamos a la playa y bajamos del coche, hacía mucho frío. Él parecía ausente, le pregunté varias veces si pasaba algo, que hablara de una vez...me abrazaba en silencio y seguíamos caminando. Creo recordar que llegué a preguntarle si yo le agobiaba, si quería decirme que nos dejáramos de ver...Pero lo negaba, dijo algo así como: "que va, si te quiero un montón mi niña, lo que quería decirte, mi amor, es todo lo contrario: que pase lo que pase, nada ni nadie me separará de tí, te quiero demasiado, pase lo que pase a tí sí que no quiero perderte bla bla bla". En lugar de tranquilizarme esos "pase lo que pase" me pusieron en alerta. Algo no me cuadraba, una cosa era lo que decían sus palabras, otra cosa lo que yo veía en sus ojos. Mi intuición no me engaña nunca. No aguantamos mucho tiempo fuera caminando, el viento frío y el frío que sentía en él, me estaban haciendo temblar. Nos fuimos al coche. Yo estaba preocupada, aunque intentando disimular. Mis ojos debíeron delatarme, cuando le pregunté si de verdad estaba todo bien y no me ocultaba nada, creo que me brillaban demasiado. Su mirada se clavó en mis ojos. Ví algo extraño. Estaba triste, aunque lo negara. Algo tramaba, le conocía demasiado bien. Me abrazó, volvió a decirme cuánto me amaba y lo curioso es que no parecía tener ganas de besos, caricias ni nada. Eso sí que salto todas mis alarmas. Cuando tu novio, tras unos nueve días sin verte, no te come a besos y no quiere sexo, es que o hay otra o algo va mal, muy mal.
Aquella noche, parece que obligado por la situación y al principio sin ganas, sí me besó y acabamos medio liados. Pero no era el lugar apropiado, cada dos por tres estaba pasando gente cerca del coche y nos cortaba el rollo. Le dije que si quería íbamos a otro lado, y de nuevo dijo que "ya era tarde, que no quería que volviera a las tantas a mi casa", cuando otras veces eso le daba exáctamente igual. Estaba clarísimo que estaba desvinculándose de mí, y no quería sexo. Creo que cualquiera en mi situación se daría cuenta. Eso fué un fin de semana. Creo que un domingo.
A los tres días más o menos -10 de Junio- me dijo por internet, que tenía que irse urgentísimamente a "X" (una ciudad a 600km) por un problema familiar. Que su familia le necesitaba. Mi primera reacción fué "me voy contigo". Dijo que no, que no era momento de presentaciones. En parte lo entendí. Entonces me ofrecí a llevarle a la estación y eso hice.
Algo dentro de mí me decía que aquella sería la última vez que lo vería. Mi instinto nunca me ha fallado, a pesar de que yo intenté no hacerle caso y luchar contra la realidad que se escondía bajo mil palabras y caricias. No me solté de su mano en aquellas últimas horas juntos, mientras hacíamos tiempo paseando para ir a la estación...agarraba fuerte su mano con deseo de retenerle, intentando transmitirle en silencio mi sentimiento hacia él...en esos momentos sobran las palabras, sólo necesitaba sentir el calor de su piel, sentir que era real, sabía que se me iba...tan sólo quería hacerle sentir a él, que se diera cuenta de lo que tenía entre sus manos...Pero sólo era un sueño que se desvanecía ante mis ojos. Y llegó el último beso, el último abrazo, la última mirada, el último "Te amo"..."Volveré pronto"...el autobus se alejó. Supe que mentía. Que no volvería. Aquella noche, me metí en cama con su camiseta como siempre, me encantaba dormirme con su olor...Lloré, tenía la certeza de que sus ojos y palabras ocultaban algo, ví el adios en su mirada y cierto mal estar en su comportamiento. Aquella frialdad apenas perceptible, que él como buen actor que es, supo esconder y disimular con bonitas promesas. Palabras. Mentiras. No tardé en comprobarlo. Pero lo que comprobé y cómo lo hice no me apetece contarlo, no le importa a nadie más. Sólo hubo un montón de mentiras, para encubrir que se había ido buscar trabajo fuera, y supongo que viviendo con una nueva sumisa o dos o tres. Él siguió negándome las evidencias durante semanas y aún intentó llamarme paranoica y culparme. Amenazas varias y todo muy fácil a 600km. Ya me da igual. Sé que miente y punto. Creo que su intención inicial era que yo, no sospechando nada, le esperara y así correrse la gran juerga mientras durara su trabajo allí y si algún día volvía, recuperarme. De ahí lo de "pase lo que pase". Me subestimó una vez más. No soy tan tonta. Conmigo las cosas funcionan con sinceridad absoluta, es lo único que pido. Podría perdonar una infidelidad, depende cómo. Pero no que me tomen el pelo. Bastante aguanté.
Hace cinco meses y pico desde que se fué...no hay vuelta. Qué cobarde manera de romper con alguien, tierra por medio...Qué triste. No era lo que yo merecía y él lo sabe, por eso no quiere verme, ni hablar más. Me pregunto qué hice mal, por qué no me dijo la verdad. En fín, supongo que no me amaba, que para él sólo fuí un juguetito más. Una sumisa más. Y yo creyendo que me amaba...quizá me llegó a querer en algún momento, pero no era amor por su parte.
Viví un amor unilateral, para él era un juego, para mí era el motivo que me hacía sonreir al levantarme cada día. A pesar de todo, bonitos recuerdos. Porque aunque se acabó, siempre fué más felíz quién más amó y esa siempre fuí yo sin duda. Y los recuerdos de un amor siempre son bellos, merece la pena sentir esa mágia llamada amor. Aunque duela. El dolor forma parte de la vida.
No pude escribir antes, porque aún dolía y he tardado mucho en asimilar todas las discusiones, todos los intentos inútiles por mi parte de arreglar algo y de mantener contacto. Me hubiera gustado hablar de todo cara a cara. Ya me da igual. Todo fué un error por mi parte. Usar y tirar, muy típico de los Amos a fín de cuentas. La imbécil fuí yo, por creer en su amor. Todo era un juego, un desafío. Vió a una chica difícil y hasta que no me tuvo a sus pies no paró. Respecto a mí, se acabó el BDSM. No quiero saber nada más de Amos, no soy sumisa. En tal caso quizá tenga carácter de Ama. Sí, no estaría mal coger a un hombre y tratarlo peor que a un perro...(digo peor que a un perro, porque un perro o cualquier animal en mi casa vive como un rey)
Si lees esto Wind -cosa que dudo mucho- que sepas que no he cambiado la contraseña, asi que puedes entrar y borrarlo o hacer lo que te dé la real gana. Si eres sincero al menos contigo mismo, sabrás que no he dicho nada que no sea cierto y no hayamos hablado. No te guardo rencor. He aprendido mucho a tu lado. Era una pardilla. Tu me has hecho crecer, tarde y de mal modo, pero espabilé.
Show must go on...bye bye great pretender.
Adios a tod@s.